Unas de las definiciones del amor es un sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común. Es importante tomar en cuenta que cuando estamos en una relación los conflictos, los desacuerdos, los malos entendidos van a llegar. Es parte de la vida y del crecimiento de la relación. No obstante, cómo enfrentamos estos conflictos es importante para la salud emocional de ambos y el crecimiento de ambos como pareja.
Desafortunamente, estamos viviendo en una sociedad donde el sindrome de la comparación no saludable ha anesteciado a muchas mujeres que viven la violencia física, psicológica, verbal y espiritual entre otras. Por ejemplo, he sido parte de conversaciones donde la víctima dice: “Por lo menos él a mí….no me grita, no me pega, no me insulta en frente de los demás y la lista de excusas para justificar la mala conducta es interminable. Porque a la que no le pegan el agresor le habla con palabras ofensivas. A la que no insultan en frente de los demás le gritan en el hogar en frente de los hijos y ese es el ejemplo que ven sus hijos. Este comportamiento del agresor transmite un mensaje negativo y para muchas mujeres este mensaje las lleva a cuestionar su belleza interna y física, también las lleva a cuestinar su intelecto. Por eso, muchas caen en la trampa de querer rescatar, salvar, sanar al agresor. Y como hija de Dios se les olvida que el único que trae salvación, restauración y sanidad se llama Jesús. La Palabra de Dios nos recuerda en Salmos 147:3 (RVR-1960) El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.
Es Jesús que cambia la vida del ser humano que decide buscarlo en Espíritu y en verdad. Yo le creo a Dios y creo que Dios en este año puede restaurar tu vida y la vida de la persona a la cual amas. Pero ese trabajo no sucede automáticamente es importante que si eres víctima busques ayuda y apoyo espiritual y profesional. Estamos aquí para apoyarte por favor no dudes en contactarnos al 773-245-6343 o escríbenos a [email protected]. Recuerda que eres una mujer de valor y de grandes propósitos.
Por: Raquel Toledo
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